viernes, 29 de mayo de 2009

El Cordobazo y Agustín Tosco

Se conoce como Cordobazo a un importante movimiento de protesta ocurrido en Argentina el 29 de mayo de 1969, en la por entonces industrializada ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre.

Antecedentes

En esa época gobernaba el país un régimen militar dictatorial autodenominado Revolución Argentina presidido por el Gral. Juan Carlos Onganía, a partir de cuya política económica se implementaron una serie de medidas , a fin de abrir los mercados internos a los monopolios internacionales.

Durante los primeros años de gestión dicho régimen desactivó la Comisión del Salario mínimo, vital y móvil, congelándose la gran mayoría de las remuneraciones. Se impuso el arbitraje obligatorio en los conflictos laborales y una ley de represión automática para huelgas y conflictos sindicales. Asimismo se intervinieron gran cantidad de sindicatos suspendiéndose sus personerías gremiales.

El gobierno también modificó la Ley de indemnizaciones por despidos y aumentó la edad para jubilarse. Dictó la llamada "Ley de represión del Comunismo", y bajo la acción de la DIPA (Dirección de Investigación de Políticas Antidemocráticas) persiguió y encarceló a los militantes políticos y sindicales opositores. Disolvió los partidos políticos e intervino las universidades, que fueron consideradas “centros de subversión y comunismo” por la propaganda oficial. En este contexto, estudiantes y profesores fueron desalojados violentamente de las universidades por la policía, en lo que se conoció como la Noche de los Bastones Largos.

Levantamiento popular

El clima político y social generado por las determinaciones de este gobierno fue agravándose paulatinamente, surgiendo en forma creciente actos de protesta y huelgas en todo el país. Los hechos previos que derivaron en El Cordobazo comenzaron los primeros días del mes de Mayo de 1969, y fueron una sucesión de huelgas y asambleas sindicales organizados por diversas corrientes gremiales y agrupaciones políticas cordobesas (no siempre coincidentes en sus objetivos y metodologías), los cuales fueron duramente reprimidos por orden de las autoridades militares provinciales y nacionales del gobierno dictatorial.

Dichos movimientos obreros estuvieron más o menos organizados y consensuados, pero a ellos luego se unieron espontáneamente la casi totalidad de las agrupaciones estudiantiles y corrientes políticas de izquierda de aquella ciudad y sus suburbios, conjuntamente con un sinnúmero de marchas vecinales y protestas callejeras ciudadanas de todo tipo, confluyendo desde los barrios periféricos e industriales hacia el centro de la ciudad, y derivando en violentos enfrentamientos con las fuerzas policiales, las cuales se vieron desbordadas y ampliamente superadas por la creciente irritación popular contra el régimen dictatorial imperante.

A las 12:30 h del 29 de mayo se produce la primera víctima fatal entre los integrantes de las columnas populares (Máximo Mena), y este hecho derivó en una reacción en cadena. Con incontenible furia los manifestantes se adueñaron de la ciudad, levantando muros de contención (barricadas) contra la policía, que debió replegarse a sus cuarteles dejando la ciudad en manos de los trabajadores, estudiantes y vecinos enardecidos.

A partir de allí fueron tomados el Círculo de Suboficiales del Ejército, se incendiaron las oficinas de firma estadounidense Xerox, de la francesa Citroen, y diversas dependencias administrativas oficiales como la Dirección General de Rentas y la Aduana.

Represión

Ante el incontenible clima insurreccional, al caer la noche el gobierno nacional del Gral. Onganía decide enviar al Ejército a reprimir las manifestaciones, se produce el allanamiento de la Confederación General del Trabajo de los Argentinos, con la detención y posterior juzgamiento y condena por los Consejos de Guerra de los dirigentes obreros, uno de cuyos principales referentes fue Agustín Tosco.

Al día siguiente de los hechos, los medios de prensa complacientes con la dictadura militar reflejaban una supuesta confabulación del comunismo internacional como responsable de la sublevación popular de la ciudad de Córdoba.

Consecuencias

El Cordobazo fue un punto de inflexión en la historia política argentina de las últimas décadas. Tuvo un efecto multiplicador de manifestaciones violentas contra la dictadura en varias otras ciudades del país, y fue el punto de partida del resurgimiento de la corriente clasista en las fábricas, que pasaría a controlar Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados de importancia, llegando a dirigir el SMATA Córdoba y los sindicatos autónomos de Fiat Concord y Fiat MaterFer (SITRAC-SITRAM). Dirigentes obreros de Córdoba adquirieron un alto protagonismo en la escena política nacional, principalmente Agustín Tosco, René Salamanca, Gregorio Flores y José Francisco Páez.

Asímismo, incentivó el crecimiento y accionar de agrupaciones de izquierda y células activistas, algunas de las cuales derivaron en organizaciones políticas armadas (entre las más importantes, el Ejército Revolucionario del Pueblo, Montoneros, Fuerzas Armadas Revolucionarias).

De tal manera constituyó un factor determinante para el debilitamiento y la posterior destitución del presidente de facto Onganía por parte de la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas (órgano supremo de la llamada "Revolución Argentina"), abriéndose a partir de allí un período de transición e incertidumbres en la decadencia de dicho régimen militar. También se produce la separación de Krieger Vasena como ministro de economía y el fin de su plan.


Agustín Tosco:


Agustín Gringo Tosco (Coronel Moldes, Río Cuarto, provincia de Córdoba, 22 de mayo de 1930 – 4 de noviembre de 1975) fue un dirigente sindical argentino, miembro del Partido Comunista y de la CGT de los Argentinos y uno de los principales actores del Cordobazo.


Infancia y juventud

Su infancia transcurre en un ámbito rural, dado que sus padres eran emigrantes campesinos oriundos del Piamonte. El piamontés era el idioma utilizado en el ámbito familiar, lo que significó no pocos problemas al tener que concurrir "el gringo" a la escuela, donde las clases se dictaban en castellano.

A pesar de pertenecer al ámbito rural, por aquellos años marcadamente distante de la riqueza cultural de las ciudades, el carácter tímido del niño lo lleva a dedicarse afanosamente a la lectura, lo que le brinda un conocimiento singular.

Sin embargo lo mencionado es en el transcurso de sus años escolares donde ya se muestra el empuje y disciplina del "gringo", pues sus biógrafos recuerdan que al final de su educación secundaria (cursada en la escuela Presidente Roca, entonces llamada Escuela del Trabajo), habiendo logrado notoriamente superar su timidez y su manejo del idioma, se le encomienda hablar en el cierre del ciclo escolar en su carácter de presidente del centro de alumnos y realiza una dura crítica al funcionamiento de la escuela, negándose incluso a recibir el diploma de parte del director entre las ovaciones de sus compañeros.

Signado así su derrotero, Tosco asigna una enorme importancia a la búsqueda de la autosuperación, siendo una de sus más célebres frases que "las victorias más importantes y valiosas son las que se obtienen sobre las propias debilidades".

Terminada la escuela secundaria se inscribe en la Universidad Tecnológica, en la cual estudia para electrotécnico a la vez que trabaja en la empresa provincial EPEC. Sin embargo el servicio militar obligatorio retrasa sus estudios y luego decide abandonarlos cerca del final para dedicarse de lleno a su actividad sindical.

Durante esta toda esta etapa desarrolla su afición por la lectura, en su propia casa, con piso de tierra y aún sin luz eléctrica, se había construido una pequeña biblioteca "precaria pero accesible".

Hasta su juventud una de las lecturas que más disfrutaba era la de José Ingenieros "que, aunque positivista, enseñaba cosas", dedicándose posteriormente a la lectura de análisis sobre la situación de la clase obrera y ensayos de autores marxistas.


Carrera sindical

En 1949 consiguió incorporase a la empresa de energía provincial EPEC (por entonces llamada SPEC) como ayudante electricista en el taller electromecánico, sección baterías, iniciando también entonces su actuación en el gremio de Luz y Fuerza.

Su ya reputada capacidad oratoria y su militancia disciplinada le confieren ser elegido subdelegado a los 19 años y delegado a los 20.

Cuando tenía 20 años Perón llegaba al poder, ganando las elecciones a la Unión Democrática; Tosco manifestó entonces su simpatía "al movimiento que levantaba un eslogan contra Braden"; sin embargo en reiterados discursos posteriores se definió explícitamente como marxista, esto, sumado a su concepción de integración de la clase más allá de los rótulos políticos, llevó a la confusión de que, mientras algunos lo sindicaban como peronista otros lo tildaban de antiperonista. Cuestión entendible en un país polarizado en aquel momento y en la historiografía inmediata posterior por la figura de Perón.

En 1952 es electo secretario del cuerpo de delegados de Luz y Fuerza de Córdoba, en 1953 gana las elecciones para la conducción del gremio en la provincia y en 1954 es elegido secretario gremial del secretariado nacional de la Federación Argentina de Trabajadores de Luz y Fuerza (Fatlyf). Siendo relevado de su cargo por la intervención militar.

Terminada la intervención militar del gremio Tosco integra el Congreso Normalizador del mismo y es elegido nuevamente como secretario general en Córdoba y miembro del Fatlyf, renunciando dos años después a esta última por desacuerdos con la burocracia sindical.

En 1972, estando aún preso del gobierno militar es nuevamente elegido dirigente del gremio y secretario adjunto de la delegación regional.

En 1973, en vísperas de la tercera elección de Perón el PRT le ofrece llevarlo en una candidatura a Presidente de la Nación para disputarle a aquél el ascendiente sobre las masas, sin embargo Tosco declina el ofrecimiento argumentando que ello podría dividir a la izquierda, atento a los distintos programas del PRT y el PC, partidos con los que tenía relaciones.


Pensamiento

Marxismo heterodoxo

El gringo se definía como marxista independiente, aunque poseía vínculos con el PC y sobre todo con el ERP (participando Tosco incluso de los discursos de apertura de las reuniones del FAS, Frente Antiimperialista por el Socialismo y a serle propuesta la candidatura a la presidencia de la nación por este organismo a iniciativa del PRT). Sin embargo el gringo nunca se afilió a partido alguno, y sostenía ciertos matices que lo diferenciaban de los dos grupos mencionados, como se verá a continuación.

Antiimperialista, antipatronal y antiburócrata

Los fundamentos clasistas de Tosco llevaban a criticar los principios que entonces postulaban los principales referentes del peronismo, consistentes en una alianza de clases con el objetivo de desarrollar la burguesía nacional. La alianza con la burguesía nacional estaba también en línea con la concepción etapista promovida por la Internacional Comunista y sostenida en Argentina por el PC.

Las observaciones del gringo a dichas posturas podrían ordenarse en dos grandes grupos.

Por un lado, para Tosco un país dependiente no podía desarrollar sin tope su burguesía nacional, puesto que en un contexto imperialista las grandes multinacionales y los monopolios marcaban el ritmo de la economía mundial, imposibilitando a los países dependientes un desarrollo capitalista al margen del contexto económico global.

Por otro lado veía el desarrollo de una burguesía nacional como un mero "cambio de monopolios" que no lograría una mejora sustancial del estado de la clase trabajadora en el país. Citaba como ejemplo de ello al Brasil, país que por entonces iniciaba una fase de crecimiento acelerado del PBI sin lograr por ello una mejora de las condiciones de sus obreros. "Nosotros no creemos que la política de la liberación pase por la política de la sustitución de los monopolios. Si bien hay contradicciones interburguesas, intermonopolistas, interimperialistas, hay a su vez un entrelazamiento que es el que va a condicionar permanentemente nuestra economía.".

En general, las críticas de Tosco a la postura de "Frente Popular" se encuentran en sintonía con la crítica que hiciera Mariátegui a los principios del APRA en los años `30.

El uso de la violencia

El carácter de dirigente de masas de Tosco lo lleva a no optar por la vía de la lucha armada.

Sin embargo, en una entrevista dice Tosco de ella: "Mi opinión sobre la violencia es la misma que ha sido definida por la reunión del Episcopado Latinoamericano en Medellín. Latinoamérica sufre de una violencia institucionalizada que oprime al hombre, lo frustra e impide su realización al mínimo nivel de la dignidad humana. Esta violencia ha engendrado su respuesta que en muchos casos corresponde -como dice Medellín- a una legítima defensa".

La tarea del sindicato clasista

Tosco consideraba que nada ni nadie podía sustituir a las asambleas, ellas eran superiores a los cuerpos directivos, y que la lucha no debía darse únicamente por las condiciones salariales. Podría calificarse a su ideología como antiimperialista, antipatronal y antiburócrata.

Su lucha contra la burocracia sindical era constante. Uno de sus enemigos más famosos fue José Ignacio Rucci. Tosco declaró sobre este lo siguiente: "Rucci y sus discípulos son prisioneros por sus compromisos con los detentadores del poder, presos de la custodia que les presta el aparato policial; presos de una cárcel de la que jamás podrán salir: la de la claudicación, indignidad y participacionismo". Tosco y Rucci tuvieron varios cruces mediáticos, siendo uno de estos considerados antológicos en los anales sindicales argentinos.

Además de la lucha sindical particular de su sindicato participó dentro de la lucha contra la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía.

Su participación en el Cordobazo

El 29 de mayo de 1969, en la ciudad de Córdoba, se produjo una rebelión popular en contra de la dictadura de Onganía. Participaron obreros y estudiantes en su mayoría, que se enfrentaron al aparato represivo de sectores del ejército. Tras el Cordobazo, fue condenado a ocho años de prisión por un tribunal militar, recuperó la libertad a los diecisiete meses. El Cordobazo marcó un hito porque significó la pérdida de autoridad del gobierno de Onganía, y aceleró su decadencia.

Del Cordobazo, Tosco dijo que "fue una rebelión obrera y popular (...) surgió de la clase obrera y del pueblo. Lo esencial del Cordobazo es que surge de los trabajadores y de los estudiantes y que ellos por sus convicciones salen a la calle a luchar".

Tras el Cordobazo

Al salir de prisión, Tosco regresa a Córdoba, en donde manifiesta que se aliaría sólo con los peronistas surgidos de la base, pero no con la derecha sindical, a quién seguiría denunciando, en especial, al ya mencionado Rucci.

Tras la victoria del peronismo en el año 1973, Tosco comienza a ser perseguido. En 1974, debió pasar a la clandestinidad al ser intervenido el sindicato de Luz y Fuerza. Un tiempo después sufre una enfermedad, pero es imposible que lo internen en los hospitales, porque sería ejecutado cuando se conociera en donde se encontraba.

Agustín Tosco murió a los 45 años, el 5 de noviembre de 1975, y a su entierro concurrieron miles de personas, pese a las amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina de López Rega. Durante su entierro, el gobierno reprimió violentamente a quienes participaron del mismo

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